Incluso si vives cerca de la frontera francesa, tal vez 6 días sigan siendo pocos para visitar la Bretaña francesa, pero si tienes que hacerlo desde el centro de la península, tienes que decidir muy bien dónde ir y qué visitar, porque es una región de Francia que requiere su tiempo. Te dejo una ruta que puedes hacer en 6 días:

Madrid  – Biarritz (aproximadamente 500 km por peajes)

Como es un viaje largo, para a “txikitear” en San Sebastián, aprovecha a tomarte unos pinchos (pintxos)  en la calle Fermín Calbetón, es una de las calles con mayor número de bares de la parte vieja y a 5 minutos puedes llegar al Kursaal y estirar un poco las piernas por sus playas, un verdadero lujo para los que no disfrutamos del mar.
De vuelta al coche, la siguiente parada es Biarritz. Esta ciudad costera del País Vasco-Francés es una parada interesante en el recorrido hacia la Bretaña Francesa. Tiene 6 kilómetros de playas y algunas realmente bonitas como Côte des Basques y Grande Plage (frente al Casino).

Date una vuelta por todo el paseo marítimo y si te encuentras con ganas, puedes acercarte al Hotel du Palais (1 Avenue de l’Impératrice), un buen sitio para tomarte un coctel o una buena cerveza.

Si vas en verano, te lo vas a encontrar todo abarrotado y los precios de los hoteles son sustancialmente más elevados. Si vas en primavera y tienes suerte con el tiempo, vas poder pasear por la playa, en los restaurantes te van a dedicar tiempo y el ritmo en mucho más tranquilo.

Sin duda alguna, en Biarritz puedes disfrutar del charme de ciudad costera del siglo XVII que le dio la nobleza europea de la época al ser considerado destino de vacaciones.

Biarritz – La Rochelle  (aproximadamente 390 kilómetros)

Durante este recorrido haz una parada en la Isla de Olerón (Ile d’Oléron) donde podrás visitar su pueblo con sabor pesquero y muy tranquilo. En la carretera hacia el pueblo pasarás por un gran puente, a ambos lados podrás ver los criaderos de mejillones y ostras. Otra parada en el camino es la Ile-de-Ré, para acceder a esta isla lo puedes hacer en coche.

Ya en la Rochelle (población costera) no te decepcionará esta pequeña población de menos de 80.000 habitantes, la parte turística se concentra entre la Rue de Palais, Rue Dupaty y el Vieux Port franqueado por dos torres, es muy cómodo pasear por estas calles ya que muchas de ellas son peatonales. El patio del Hôtel de Ville merece unas cuantas fotos, si te sales de la ruta turística, sube hasta la Place de Verdun, aquí encontrarás la Catedral de Saint Louis, no es muy llamativa pero merece la pena verla.

Otra calle a la que tienes que dedicarle tiempo es la Rue-Jean-du-Pérot, que es donde se concentran principalmente los restaurantes de la zona, igualmente la calle que da al Vieux Port está llena de cafés, con lo cual no vas a encontrar problemas de oferta hostelera. Muy recomendable los restaurantes que sirven pescados y mariscos (la verdad que la mayoría son de este estilo). Si quieres planear más días en la ciudad visitar la página oficial de turismo de La Rochelle.

La Rochelle – Vannes (aproximadamente 260 km)

Antes de llegar a Vannes puedes hacer una parada en estos tres pequeños pueblos: Quiberon, Carnac y St Anna d’Aury. En Quiberon tendrás que llegar hasta el final del pueblo y para encontrarte con el mar, es un lugar muy tranquilo para poder pasear por la playa, y desde aquí puedes coger los barcos que te llevan a La Belle-Ile-en-Mer, es un trayecto aproximado de 45 minutos (los precios pueden oscilar según la compañía, consulta las tarifas en www.smn-navigation.fr). Antes de salir del pueblo, pásate por el local de La Belle-Iloise (10 Rue de Kervozès), está dedicado a la venta de sardinas en conserva, merece mucho la pena ver el diseño de las latas.

El atractivo de Carnac son sus 4 kilómetros de alineamientos (monolitos) que podrás encontrar al lado de la carretera, puedes hacer la ruta en coche o en un trenecito (6 € para adultos y 3 € para niños) que hay al lado del Centre des Monuments Nationaux.

Ya en Vannes seguro que vas a disfrutar de la ciudad amurallada que tienen, puedes acercarte hasta la oficina de turismo y conseguir uno de los mapas que te van a indicar los dos recorridos principales para conocer el Viex Vannes. A la ciudad amurallada puedes acceder por cualquiera de las puertas que hay, la principal se encuentra en la Place Gambetta. Cuando más ambiente puedes encontrar en durante el día, ya que por la tarde está mucho más apagado en el momento que cierran las tiendas, por lo que si quieres cenar en cualquiera de las Creperies que hay, no llegues más tarde de las 9:00 de la tarde.

Si vas en Semana Santa podrás entrar en la Catedral de Saint Pierre a las 9 de la noche que es cuando tienen sus oficios. Aparte del paseo por la muralla, en Vannes no puedes perderte la visita a: el Ayuntamiento y sus callejuelas aledañas.
 

Mt Saint Michel – Dinan- Dinard – Saint Maló (son algo más de 180 kilómetros )

Intenta salir temprano ya que si bien estas poblaciones están relativamente cerca entre sí, son lo suficientemente agradables como para dedicarlas unas horas a cada unas.

Llegar hasta el Monte de Saint Michel es un verdadero espectáculo, unos kilómetros antes de llegar ya puedes divisar la abadía a lo lejos, si llegas en coche tendrás que dejar el coche en el parking  y luego ir andando hasta las puertas, una vez que entras, te toca pagar por todo.
Merece mucho la pena entrar a la abadía, cuesta 8,50 para los adultos, si bien hay entradas gratuitas para las familias y niños pequeños.  La visita puedes hacerla con guía (2 horas), audio guía (1 hora) en español, o con un folleto que te dará cuando subes al nivel inferior. Está muy bien señalizado por dentro, y las vistas desde la terraza del oeste  (donde tendrás vistas a la abadía y los acantilados normandos) son un espectáculo.

La subida hasta a la abadía es tremendamente turística, y en verano tiene que ser un hervidero de gente, si te gustan los souveniers y/o comer en cualquiera de los restaurantes que hay de subida a la abadía, no vas a tener problema, no son muy económicos que se diga.

La siguiente para es Dinan, un pueblo medieval que es realmente bonito, dedícale como mínimo dos horas a pasearlo, y termina la visita en la Iglesia de Saint Sauver, verdaderamente bonita por fuera y por dentro.
 

Dinard es otra ciudad costera con un toque glamuroso, este aspecto se lo dan sus calles, sus construcciones y su casino. Lo mejor que puedes hacer aquí, es darte un buen paseo por la playa y por el pueblo, al igual que Biarritz y algunos de los pueblos de la Costa Azul francesa, es un lugar veraneo para bolsillos holgados. Si llegas en verano, puedes aprovechar la piscina natural que hay en la playa para poder bañarte.

Finalmente, al llegar a Saint Maló lo más recomendable es que cojas un hotel dentro de la muralla, casi todos son de dos y tres estrellas, pero merece la pena, ya que los puntos más relevantes para visitar se encuentran dentro de la muralla.

Comienza dando una vuelta a toda la muralla por la parte superior, eso te permitirá contemplar el puerto, y los diferentes fuertes adentrados en el mar, cuando baja la marea hay caminos de arena que te permiten llegar a ellos andando. Otra visita que puedes hacer es a la Catedral de Saint Pierre y sobre todo pasear por sus calles y probar los dulces típicos bretones.

Si tienes más tiempo, puedes contratar un paseo por barco, entre las islas, los tiempos puedes variar de 70 minutos a 2 horas y 30 minutos, hay varias compañías que ofrecen sus servicios en el puerto.

Saint Maló – Poitiers (aproximadamente 415 km)

En la bajada a Poitiers, para que no se te haga un viaje demasiado largo te recomiendo que hagas un par de paradas en los diferentes Chateux que hay indicados en la carretera, merecen la pena y no están a mas de 5-7 kilómetros de la ruta principal, vas a poder hacer unas bonitas fotos de castillos de la región de Aquitania.

La ciudad de Poiters no se va a caracterizar por ser dinámica, alegre y con vida, es todo lo contrario, pero quédate con los monumentos que vas a poder ver aquí: El Baptistère Saint Jean, Iglesia de Santa Radegonde, La catedral Saint Pierre, el Palacio de Justicia y la Iglesia “Notre Dame la Grande” (uno de los monumentos más bonitos de esta ciudad, sobre todo por lo curioso de su construcción, data del siglo XII).

La Grande d’Rue es una de las calles próximas a la catedral y merece la pena pasearla por las galerías de arte que hay. Si puedes hacerte con un plano antes de empezar andar, mucho mejor, ya que hay edificios que están marcados como su historia (eso sí, en francés, que para eso son muy suyos). La oficina de turismo está al lado de la Iglesia “Notre Dame la Grande”.

Si te sobra tiempo y ganas puedes ir a visitar Futuroscope, está a menos de media hora desde el centro de Poitiers.
Para comer/cenar te recomiendo la brasserie de La Gazzetta en la Place Le petit Alphonsine junto al Palacio de Justicia.
 

Poitiers – Biatrriz (aproximadamente 450 kilómetros)

Para que la bajada a Biatrriz no sea tan pesada puedes hacer dos paradas, en Niort (a 64 kilómetros de Poitiers) o en el Burdeos, sinceramente, ni una ni otra son la alegría de la huerta.

Si a la ida no te dio tiempo a visitar suficientemente Biatrriz, seguro que se sobran un par de horas después del viaje, pasea desde el faro hasta el museo del mar, y si no, puedes coger el trenecito (le petit train) que tiene un total de seis paradas.

Por el paseo hacia el faro, están las termas marinas donde puedes tener una sesión de taloseterapia (80, Rue de Madrid. Abiertas del 24 de enero al 31 de diciembre, según el número de días y la época del año los precios varían). Visita la página oficial de turismo de Biatrriz  para más información. Finaliza el día cenando en cualquiera de los restaurantes que dan a la Cripta de Santa Eugenia en la Rue Gambetta.

 

Biatrriz  – Madrid (aproximadamente 500 km por peajes)

Hoy día de vuelta, así que la parada para descansar te la recomiendo en Burgos, donde puedes parar para tomar unas tapas entre la calle Sombrerería y la calle de La Paloma, sin duda alguna la especialidad son los cojonudos y la morcilla.

Nos ha quedado llegar hasta Finisterre pero eso será para una segunda vez que volvamos a la Bretaña Francesa .

De compras on the Road

En Biarritz puedes hacer una parada en la tienda de Comptoir des Cotonniers (17 Place Georges Clemenceau), también tienes las tiendas Nachata Boutique (3 Avenue Edouard VII) con diseñadores como Prada y DVF, y justo al lado está Sonia Rykiel.

En Vannes dentro de la parte amurallada, podrás encontrar tiendas multimarca con ropa de diseñadores franceses  (Moschino o Jean Paul Gaultier) o marcas de ropa francesa (Petit Bateau), estas últimas, cerca de la Catedral Saint Pierre.

Tanto en Saint Maló, La Rochelle (30 Quai Duperré) como en Poitier, tienes la tienda de Compoir des Cotonniers, y en esta última ciudad, tienes tienda de Tara Jarmon.

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2 Comments

 

  1. 08/09/2012  10:09 pm by Maria José Responder

    Estuve en Saint malo en el albergue de ethic etapes patrick varangot. mariajo07@yahoo.es

  2. 17/05/2013  6:46 pm by mundocirculante Responder

    Me encantaron las moules frites y los pasteles de miel!
    Yo también escribí algo sobre este viaje. Mi blog es http://mundocirculante.wordpress.com/, por si quieres leer algo sobre mi experiencia. El Mont Saint Michel está entre mis recuerdos más bellos.

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